Volver al origen
Raíces representa la conexión con lo esencial, con el alma, con el origen interno antes de toda experiencia.
La escucha cardíaca es una forma de presencia profunda. Implica escuchar más allá de las palabras, atendiendo al cuerpo, a la emoción y a lo que se expresa en silencio. Es una escucha que no juzga, no interpreta de inmediato ni busca corregir, sino que crea un espacio seguro donde la experiencia de la persona puede mostrarse y ser honrada.
La atención plena es el entrenamiento de la presencia en el momento actual. A través de ella, se cultiva la capacidad de estar con lo que ocurre —pensamientos, emociones y sensaciones— de manera consciente y amable. Esta práctica permite desarrollar mayor claridad, regulación emocional y una relación más consciente con la propia experiencia.
Ambas herramientas se integran de forma viva y personalizada en cada proceso. No se aplican como técnicas aisladas, sino como formas de estar y acompañar, respetando la singularidad, la historia y el ritmo de cada persona.
Estos libros, escritos por la fundadora de Raíces, nacen del recorrido personal, la experiencia vivida y el trabajo profundo con la conciencia. No son solo textos para leer, sino espacios de encuentro que acompañan procesos internos, duelos, búsquedas y momentos de transformación.
"Cada obra es una extensión del acompañamiento que se ofrece en Raíces: una invitación a mirarse con honestidad, a habitar la propia historia sin perderse y a reconectar con lo esencial. Son palabras que no buscan dar respuestas cerradas, sino abrir preguntas y sostener el camino interior, respetando el ritmo único de cada persona"
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Raíces representa la conexión con lo esencial, con el alma, con el origen interno antes de toda experiencia.
Las raíces simbolizan el anclaje y la presencia, necesarias para sostener cualquier proceso de expansión espiritual.
Las raíces están ocultas bajo la tierra, como lo está la dimensión espiritual.
También habla del linaje, de la historia familiar y transgeneracional.

Soy Lucía, fundadora del Centro de Desarrollo Transpersonal Raíces. Desde temprana edad sentí una profunda sensibilidad hacia lo humano, lo invisible y lo esencial. Con el tiempo, ese llamado se convirtió en una búsqueda interior que hoy comparto acompañando a otros en sus propios caminos de transformación. Mi vocación nace del corazón y del anhelo de sostener espacios donde las personas puedan escucharse, sanar y florecer. Soy Consultora en Mindfulness y Desarrollo Transpersonal, Especialista en Acompañamiento en Procesos de Duelo y Muerte y Terapeuta Sistémica Transpersonal, formaciones realizadas en la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal con acreditación de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. También soy canalizadora de Registros Akáshicos. Integro cada herramienta para ofrecer un acompañamiento profundo, desde la presencia, la escucha amorosa y la sabiduría interior.
Acompaño respetando el ritmo y la historia de cada persona, confiando en que todo ser humano posee una sabiduría interna capaz de guiar su propia sanación y plenitud. Mi labor se enraíza en la escucha profunda, el trabajo con el cuerpo, la respiración y el símbolo, integrando herramientas como la meditación guiada, el diálogo consciente y la escritura terapéutica, adaptadas a cada proceso único.
Concibo el desarrollo transpersonal como un camino de regreso a la esencia. No se trata de cambiar lo que somos, sino de recordar y reconectar con lo que siempre ha habitado en nuestro interior. Cada paso consciente hacia adentro es también una siembra hacia la vida que anhelamos. A través del Mindfulness, cada proceso se convierte en una oportunidad para arraigarse en el presente, liberar cargas y abrazar la luz que somos.
“Acompaño desde la presencia, el respeto y la experiencia vivida”

Un Centro de Desarrollo Transpersonal es un espacio dedicado al crecimiento integral de la persona, donde se acompaña a cada individuo en su camino de reconexión consigo mismo, con los demás y con la vida. Desde una mirada que integra cuerpo, mente, emociones y espíritu, ofrecemos un lugar seguro y acogedor para explorar el mundo interior, sanar heridas profundas, descubrir la propia esencia y ampliar la conciencia.
En este espacio, lo transpersonal invita a ir más allá de la experiencia personal para conectar con una dimensión más amplia de la existencia, donde habitan la paz, la creatividad y el sentido. A través de acompañamientos individuales, talleres, meditaciones y dinámicas grupales, facilitamos procesos de transformación que ayudan a recuperar el equilibrio interno y a vivir con mayor autenticidad, plenitud y propósito.
A diferencia de los centros psicológicos o terapéuticos tradicionales, donde el objetivo principal es aliviar síntomas y recuperar el bienestar emocional, en un Centro de Desarrollo Transpersonal acompañamos procesos que van más allá de lo personal. Aquí no solo buscamos sanar, sino también reconectar con la esencia, despertar la conciencia y abrirnos a un sentido más profundo de la vida.
Integramos la escucha terapéutica con prácticas de mindfulness, trabajo corporal, meditación, respiración consciente y herramientas simbólicas, para que cada persona pueda transformarse desde adentro hacia afuera y vivir en coherencia con su ser más auténtico.
Cada encuentro es una invitación a abrir la conciencia, a anclarse en el presente y a despertar a una vida con sentido. A través de la presencia amorosa, la respiración consciente, el trabajo con el cuerpo y el lenguaje del alma, creamos un espacio donde puedes florecer desde tu raíz más auténtica.
Un Centro de Desarrollo Transpersonal puede transformar profundamente a las personas porque no se limita a aliviar síntomas o resolver problemas puntuales, sino que acompaña un proceso integral de cambio interior.
La transformación puede darse en varias dimensiones:




En Raíces creemos que sanar es mucho más que resolver un problema: es reencontrarse con uno mismo. Aquí, cada proceso es una invitación a soltar lo que duele, a liberar lo que pesa y a recordar la fuerza y la luz que siempre han estado dentro de ti.
A través de un acompañamiento profundo que integra cuerpo, mente y alma, te guiamos hacia una transformación real: la que te permite vivir con más paz, autenticidad y sentido. Porque cuando sanas desde adentro, todo en tu vida comienza a florecer.
En Raíces, cada persona es vista y escuchada como un ser único. No trabajamos desde la prisa ni con soluciones prefabricadas; respetamos el ritmo y el proceso personal, confiando en que la verdadera transformación nace de un espacio seguro y humano.
No nos limitamos a la palabra: integramos meditación, respiración consciente, trabajo corporal, escritura terapéutica y prácticas simbólicas para que la transformación sea profunda y sostenida.
Vamos más allá de lo psicológico, explorando también la dimensión espiritual y esencial del ser, para que la persona pueda reconectar con su raíz, su propósito y su sabiduría interna.
Acompañamos momentos de pérdida, cambio o crisis como oportunidades para la sanación y el crecimiento interior.
El ambiente de Raíces está diseñado para que la persona sienta calma y pertenencia desde que cruza la puerta: un lugar donde bajar el ruido, abrir el corazón y respirar con libertad.

Cada acompañamiento es diseñado de manera personalizada, respetando la singularidad, la historia y el momento vital de cada persona.
En Raíces no trabajamos con fórmulas ni procesos estandarizados. Cada ser humano es único, y su proceso también lo es. Por ello, el acompañamiento se construye de forma sensible y consciente, escuchando lo que emerge en cada sesión y adaptándose a las necesidades reales de quien transita el camino:
Acompañamos desde la presencia, la escucha profunda y el respeto, confiando en la sabiduría interna de cada persona.

Tradicionalmente, la palabra dojo significa "lugar de práctica" o "lugar del camino": un espacio donde se cultiva la presencia, la atención y el aprendizaje interior.
En Raíces, el Dojo de Meditación ha sido creado como un espacio exclusivo para la práctica de la meditación en silla, pensado para que todas las personas puedan meditar de una manera cómoda, segura y saludable, respetando el cuerpo y sus necesidades.
Aquí, la meditación no exige posturas forzadas ni experiencia previa. La práctica se realiza sentados, con apoyo adecuado, permitiendo que el cuerpo se relaje y que la atención pueda asentarse de forma natural. De esta manera, la meditación se vuelve accesible, sostenible y amable, incluso para quienes nunca han meditado antes.
El Dojo es un espacio de silencio, cuidado y presencia. Un lugar para detenerse, respirar y volver al centro, integrando la práctica a la vida cotidiana con mayor conciencia y calma.
Meditar es una práctica de atención consciente.
No consiste en dejar la mente en blanco ni en alcanzar estados especiales, sino en aprender a observar la experiencia tal como es, momento a momento, con mayor presencia y amabilidad.
A través de la meditación, entrenamos la capacidad de estar atentos a la respiración, al cuerpo, a los pensamientos y a las emociones, sin juzgarlos ni forzarlos. De esta manera, se crea un espacio interno que permite responder a la vida con mayor claridad, en lugar de reaccionar automáticamente.
En Raíces, meditar es una forma de habitar el presente, de volver al cuerpo y de reconectar con uno mismo de manera sencilla y accesible, sin necesidad de creencias, dogmas o experiencia previa.
La meditación no es una práctica basada en creencias ni dogmas. Desde la neurociencia, se la reconoce como un entrenamiento de la atención que genera cambios observables en el cerebro y el sistema nervioso.
Diversos estudios muestran que la práctica regular de la meditación puede:
En Raíces, la meditación se aborda desde una perspectiva consciente y accesible, integrando estos conocimientos para que la práctica sea comprendida como una herramienta concreta para el bienestar, la presencia y la calidad de vida, sin necesidad de adoptar creencias ni sistemas de pensamiento específicos.


Cada ser humano guarda historias, heridas, susurros del alma que piden ser escuchados. En Lucía. Cartas de Luz y Raíces, la autora comparte cartas íntimas y sagradas nacidas de su propia experiencia de despertar, escucha profunda y reconexión con la raíz de su ser.
Estas cartas no pretenden enseñar ni convencer: son un puente amoroso para acompañarte a mirar dentro, sostener tus procesos con compasión y recordar que, más allá del dolor, habita siempre la posibilidad de volver a casa.
En sus páginas se entrelazan la contemplación, la canalización y la vivencia transpersonal, abriendo un espacio para honrar la historia personal, liberar emociones retenidas y abrazar la sabiduría del alma.
Lucía. Cartas de Luz y Raíces es también el reflejo de un propósito mayor: sostener el camino de quienes desean volver a sí mismos, a través de la presencia, la respiración consciente y la conexión espiritual.
Cada carta es una raíz sembrada con amor. Que, al leerlas, algo en ti también florezca, se arraigue y se libere.

Este libro nace de una herida profunda y silenciosa: crecer sin la presencia del padre. A través de una mirada honesta y compasiva, la autora comparte su propio camino de sanación, mostrando cómo una ausencia no mirada puede marcar la vida, los vínculos y la forma de habitarse a uno mismo.
Desde el enfoque de la Terapia Sistémica Transpersonal, el libro invita a reconocer, honrar y dar un lugar interno al padre, no para cambiar la historia, sino para liberar cargas que no corresponden y recuperar la fuerza vital. Sanar la herida con papá implica también abrazar a la niña interior, escuchar su dolor y recordar que siempre fue suficiente.
Más que un testimonio personal, esta obra es un mapa para quienes cargan heridas invisibles con sus padres y desean transformar el dolor en conciencia. A través de reflexiones, cartas y ejercicios, la autora acompaña el paso del amor ciego —que se sacrifica y carga— al amor consciente —que honra, libera y agradece—.
Un libro escrito desde la experiencia, el respeto y la profundidad, que acompaña al lector a reconciliarse no solo con la figura paterna, sino con la vida misma.
Un espacio íntimo y seguro de acompañamiento consciente, diseñado para personas que desean mirar su proceso vital con profundidad, respeto y presencia.
El acompañamiento individual en Raíces integra herramientas de la psicología transpersonal, la mirada sistémica y el trabajo de conciencia, permitiendo un abordaje que va más allá de lo mental y emocional, incluyendo la dimensión del alma.
Este acompañamiento está dirigido a personas que:
Un sostén humano y consciente para atravesar pérdidas significativas.
Acompañamos procesos de duelo vinculados a:
El duelo no se apura ni se corrige.
Un espacio para mirar tu historia personal y familiar desde una conciencia más amplia
Este enfoque permite:
Trabajamos desde el respeto profundo al sistema familiar, sin juicios ni culpables, favoreciendo movimientos internos de orden, reconciliación y fuerza vital.
La atención plena no se limita al espacio de práctica.
Un entrenamiento en atención plena orientado a aprender a habitar el presente con mayor claridad, calma y conciencia, incluso en medio de las exigencias de la vida diaria.
A través de prácticas sencillas, accesibles y adaptadas a cada persona, acompañamos procesos que permiten pausar, observar y volver al centro, favoreciendo una relación más amable con la mente, las emociones y el cuerpo.
Estas prácticas ayudan a:
En Raíces, estas herramientas se integran de manera consciente a la vida cotidiana, permitiendo que la persona aprenda a estar presente en sus actividades diarias, en sus vínculos y en sus decisiones, transformando la forma de habitar el tiempo y la experiencia y mejorando de manera considerable su rendimiento en el ámbito personal, académico y laboral.
No se requiere experiencia previa.
Espacios colectivos de exploración, integración y conciencia.
Los talleres y grupos ofrecen: